Su origen viene de la resolución 33/67 de la Resolución de la iniciativa de la Asamblea de General de las Naciones Unidas. El 7 de septiembre del 2001, la ONU en su resolución 55/282 declaró que desde el quincuagésimo séptimo período de sesiones de la Asamblea General, cada 21 de septiembre de cada año será la fecha oficial de la celebración de la Paz Mundial y con este motivo, pasarían a revisar la resolución cada año.
Mientras los conflictos siguen estallando en todo el mundo forzando a miles de personas a huir de sus hogares, en las fronteras se sigue viendo discriminación y racismo contra esas personas que huyen por culpa de la guerra y la violencia. Al mismo tiempo existe un preocupante incremento en los discursos de odio y violencia, por eso la lucha contra el racismo es crucial para conseguir la paz. El secretario general de la ONU, António Guterres, señaló que “El racismo sigue envenenando las instituciones, las estructuras sociales y la vida cotidiana en todas las sociedades”. Lo cual sigue siendo el factor clave en la desigualdad persistente, que desestabiliza las sociedades, socava las democracias, erosiona la legitimidad de los gobiernos, y es un flagelo que además se encuentra inequívocamente ligado a la desigualdad de género”.
Este año, el tema es “Pon fin al racismo. Construye la paz”, en busca de un mundo libre de racismo y discriminación racial. Un mundo en el que la compasión y la empatía superen a la sospecha y el odio.