“Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza”

Nuestro mundo desde tiempo atrás y actualmente se caracteriza por el desarrollo económico, tecnológico y de recursos financieros, actualmente millones de personas siguen viviendo o se suman cada día a vivir en pobreza. Este problema debe dejar de verse exclusivamente derivado de  una falta de ingresos. Se ha convertido en más que un problema, se ha vuelto un fenómeno constante y multidimensional que abarca, la falta de los elementos básicos que cada persona o familia debe tener para poder  vivir con dignidad.

Las personas que experimentan y  viven en la pobreza, suelen tener y pasar muchas carencias como: condiciones de trabajo inseguras y sin prestaciones, vivienda digna o de alto riego, carencia de alimentos, abuso y desigualdad de la justicia, abuso del poder político, falta de atención médica. Lo cual se relacionan entre sí, y en la mayoría de las ocasiones suelen impedirles su desarrollo económico y avance como  personas acentuando más su pobreza.

Este año se cumplen 29 años de la acción realizada por el Padre Joseph Wresinski, que fue el que inspiró esta celebración del 17 de octubre como el “Día Mundial para la Superación de la Pobreza Extrema”, la resolución fue realizada por la Asamblea General de la Naciones Unidas, como la 47/196 el 22 de diciembre de 1992. Y 5 años después, sería reconocida por este organismo como el “Día Internacional para la Erradicación de la pobreza”.

“La dignidad para todos en la práctica” es el tema del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza para 2022-2023. La dignidad del ser humano es un derecho fundamental, el cual constituye la base de sus derechos. Por lo tanto la «dignidad»: es inherente a todos y cada uno de los individuos. Hoy en día muchas personas que viven en la pobreza ven denegada y violada su dignidad y desigualdad día tras día.

La desigualdad de oportunidades y de ingresos aumenta bruscamente cada año, la diferencia entre ricos y pobres se hace más grande. Millones de personas luchan por los derechos de los trabajadores y la calidad del empleo, el poder empresarial y la riqueza de la clase multimillonaria ha aumento sin precedentes.

La pobreza y la desigualdad, son el resultado de decisiones deliberadas o de la falta de medidas que desempoderan a los más pobres y marginados de nuestras sociedades y violan sus derechos. La violencia silenciosa y sostenida de la pobreza, la discriminación estructural y desempoderamiento, dificultan la salida de las personas de la pobreza y niega su humanidad.

El compromiso es poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas de todo el mundo disfruten de paz y prosperidad, la Agenda 2030 volvió a hacer la promesa establecida en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Más la realidad actual muestra que 1300 millones de personas siguen viviendo en la pobreza y casi la mitad de ellas son niños y jóvenes.

No olvidemos que la pandemia de COVID-19 manifiesto esta dinámica, evidenciando las lagunas y los fallos del sistema de protección social, así como las desigualdades estructurales y las diversas formas de discriminación que perpetúan la pobreza. Sumemos también la emergencia climática que constituye un acto de violencia contra las personas que viven en la pobreza, estas comunidades se ven sometidas a una carga excesiva por la mayor frecuencia de los desastres naturales y la degradación del medio ambiente, lo que provoca la destrucción de sus hogares, cultivos y medios de subsistencia.

Este año se rinde homenaje a los millones de personas que sufren la pobreza y a su valentía diaria, y reconoce la solidaridad mundial, la responsabilidad compartida que tenemos para erradicar la pobreza y combatir todas las formas de discriminación.

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